La violencia es producto de las asimetrías de poder entre quienes la viven y quienes la ejercen, utilizando como forma de control para someter o imponer comportamientos a la persona, como causa de una serie de creencias y actitudes, patrones culturales, edad y de género entre otras, en el caso de las mujeres todos estos argumentos potencian su vulnerabilidad e incrementan su riesgo de vivir violencia a lo largo de la vida.
En vista de los anterior el Proyecto CAHOVA, está formando y sensibilizando a las parejas socias de las empresas asociativas en Prevención de Violencia Doméstica, utilizando nuevas herramientas metodológicas adaptadas a las nuevas formas de trabajo producto del COVID-19. Sin duda este proceso de formación es clave para el bienestar, estabilidad, fortaleza y desarrollo de las familias, donde se practiquen los comportamientos igualitarios y respetuosos, y una comunicación asertiva que permita reducir las posibilidades de conflicto y estrés detonantes de la violencia doméstica.